En un mundo cada vez más complejo, en el que los conflictos, los desplazamientos y las crisis ambientales siguen amenazando a las personas más vulnerables, nunca ha sido mayor la necesidad de una coordinación sólida y eficaz de las intervenciones de prevención y respuesta a la violencia basada en género. Garantizar la seguridad y la dignidad de las mujeres y las niñas exige una acción colectiva, estrategias basadas en pruebas y un compromiso compartido para proteger a quienes se encuentran en peligro. Para avanzar en esta labor, resulta fundamental una buena coordinación que garantice que trabajemos juntos para evaluar las necesidades, movilizar recursos y aplicar soluciones eficaces.