Las asistentes sociales de VG evaluaban si la asistencia en efectivo era adecuada para el caso particular de cada sobreviviente y, de ser así, distribuían el efectivo a través del proveedor de servicios financiero Efecty, que gestiona puntos de pago. Cada sobreviviente de VG recibió entre 91 y 274 USD en función de las necesidades de su caso. Las asistentes sociales también derivaron a las personas sobrevivientes a servicios complementarios, como servicios de salud sexual y reproductiva, servicios de salud mental y apoyo psicosocial, asistencia jurídica y programas sobre medios de subsistencia. El seguimiento de la gestión de casos incluyó la supervisión de la asistencia recibida por la persona sobreviviente, para garantizar que no se hallaban expuestas a otros daños.